El plan impedirá prospecciones petroleras en este corredor migratorio.
Importante impulso para conservar los cetáceos en el Mediterráneo español. El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha iniciado la tramitación para proteger el corredor de migración de los cetáceos a lo largo de la costa levantina, catalana y hasta el golfo de León. Con este fin, solicitará que esta ruta de la fauna sea declarada Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (Zepim) por el convenio de Barcelona (conferencia de los países ribereños que se encargan de proteger el Mediterráneo). Con la designación de esta figura legal –prevista en el citado convenio de Barcelona– se impediría llevar a cabo sondeos y prospecciones petroleras en sus aguas.
La intención de designar esta zona como protegida fue confirmada por la directora general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, Raquel Orts, en una reunión celebrada el pasado 21 de diciembre con representantes de la Alianza Mar Blava, que reúne a instituciones, administraciones y entidades de las Baleares que se oponen a las prospecciones petroleras en esta zona.
La Alianza Mar Blava (que incluye al propio gobierno autonómico balear) ha solicitado la protección de esta ruta migratoria para defender a los cetáceos frente a los proyectos de sondeos petroleros en esa zona del Mediterráneo. La iniciativa cuenta, además, con el respaldo de la Comisión Europea, según ha hecho saber el comisario comunitario de Medio Ambiente, Karmenu Vella, en una carta remitida a esta entidad. En la carta se argumenta que esta designación permitiría avanzar en el cumplimiento de los compromisos europeos para favorecer la biodiversidad, aunque recuerda que lo debe solicitar el gobierno ante el convenio de Barcelona.
La zona protegida incluiría una franja marítima entre el golfo de Valencia y el golfo de León, discurriría paralela a la costa y se situaría entre el litoral valenciano-catalán y las islas baleares. El asunto deberá ser abordado en una próxima conferencia de las partes del convenio de Barcelona, en donde será clave la opinión de Francia, pues el plan afecta también a sus aguas jurisdiccionales.
El anuncio de la dirección general fue valorado “muy positivamente” por la plataforma balear, pues coincide con sus demandas. “Además, es un aviso muy claro a las empresas que quieren hacer prospecciones petroleras en la zona sobre la inviabilidad medioambiental de sus proyectos”, señala Carlos Bravo, coordinador de la Alianza Mar Blava.
La importancia del corredor de cetáceos fue puesta en valor en un informe (del 2004) encargado por el Ministerio de Medio Ambiente a las universidades de Barcelona, Valencia y Autónoma de Madrid, en el que se identificaron las áreas de interés para conservar esta fauna (delfines mular, común y listado, calderones gris y común, rorcual común y zifio ballenato de Cuvier). La voluntad de protegerlo fue manifestada también por la dirección general de Sostenibilidad de la Costa (Medio Ambiente) en un informe en el que se descalificaba el proyecto de una campaña de sondeos acústicos (con fines petrolíferos) frente a la Costa Brava y norte de Menorca, presentado por la empresa Schlumberger.
Para hacer estos sondeos, se emplea una embarcación especial con cañones de aire comprimido ( air guns) que emiten ondas acústicas (con el fin de elaborar un mapa 3D de las formaciones rocosas susceptibles de albergar el crudo). El problema es que estos ruidos pueden ocasionar daños fisiológicos irreversibles y pérdidas de audición a los cetáceos, así como el enmascaramiento de sus propios sonidos (lo que es fundamental para su alimentación, reproducción y orientación).
En su informe, la dirección general (del pasado mes de mayo) concluía que no deberían “realizarse operaciones de prospección sísmica marina”, en ningún período, en las áreas de presencia de especies de cetáceos vulnerables al impacto acústico (cachalote, el delfín mular y el rorcual común), ni tampoco en las áreas marinas protegidas, incluido el corredor migratorio de cetáceos propuesto para esta zona del Mediterráneo.
La Alianza Mar Blava interpreta que “una vez iniciado el proceso para designar la zona protegida para los cetáceos, debería aplicarse un principio de precaución”, lo que comportaría el veto a la realización de sondeos acústicos con fines de exploración petrolera, explica Carlos Bravo.