El IPCC ya demostró científicamentelacorrelación directa existente entre las emisiones de gases de efecto invernaderoprovocados por el ser humano y el calentamiento global del planeta.
Estamos actuando demasiado despacio, pese a la gravedad del cambio climático que ya nos está afectando, y nos estamos quedando sin tiempo para evitar sus efectos más desastrosos.
Esa es una de las claras advertencias que se desprenden de las conclusiones del nuevo informe, dado a conocer esta semana en Corea del Sur, del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, siglas inglesas de Intergovernmental Panel on Climate Change), organismo científico auspiciado por Naciones Unidas y autoridad internacionalmente aceptada sobre esta materia.
El IPCC ya demostró científicamente hace tiempo la correlación directa existente entre las emisiones de gasesde efecto invernadero provocados por el ser humano (debido al uso de combustibles fósiles y las alteraciones en el uso del suelo) y el calentamiento global del planeta que está provocando el cambio climático que ya estamos sufriendo (aunque algunos, cada vez menos, todavía no lo quieran ver).
Como reacción a la evidencia científica, y tras cuatro años de negociaciones, el 12 de diciembre de 2015 se consiguió, en la COP 21 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), el Acuerdo de París. Adoptado por todos los 195 miembros del UNFCCC, este tratado entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
El Acuerdo de París tiene como objetivo a largo plazo mantener el aumento de la temperatura media global del planeta por debajo de 2°C sobre los niveles preindustriales, y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC de incremento,reconociendoque conellose reduciría notablemente los riesgos y los efectos del cambio climático.
Plantea además que las emisiones globales de gases de efecto invernadero alcancen su nivel máximo cuanto antes (aunque en lospaíses en desarrollo el proceso será más largo) y aplicar después rápidamente reducciones progresivas basadas en los mejores criterios científicos disponibles. Con relación a la reducción de emisiones a medio y largo plazo, establece la necesidad de conseguir la neutralidad de las emisiones, es decir ,un equilibrio entre las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero a mediados de este siglo.
Modelo descarbonizado
En otras palabras, el Acuerdo de Paris nos obliga a hacer importantes esfuerzos en la transición energética hacia un modelo completamente descarbonizado, libre de combustibles fósiles, basado al 100% en la eficiencia energética y las energías renovables.
Lo preocupante es que, según el nuevo informe del IPCC, el calentamiento global del planeta va demasiado rápido y, paradójicamente, nuestra reacción está siendo demasiado lenta. Al actual ritmo de aumento de la temperatura media es altamente probable que el umbral de 1,5ºC de incremento se rebase a finales de la década de los 30 de este siglo, es decir, en poco más de una década.
Como describe el informe, llegar a superar ese límite de 1,5ºC tendría efectos muy negativos para el ser humano y gran parte de la biodiversidad, provocaría eventos meteorológicos mucho más extremos, por ejemplo fuertes grandes olas de calor cada vez más frecuentes, el Ártico estaría libre de hielo en verano, etc. Pese a ello, los gobiernos del mundo están haciendo demasiado poco y actúan demasiado despacio para cumplir con su compromiso de evitar el calentamiento global de más de 1,5°C por encima del nivel de temperatura media en el período preindustrial.
Como advierten desde el IPCC, los próximos 4 a 12 años son cruciales, si queremos alcanzar los objetivos del acuerdo de París y limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C. Se necesitará conseguir una disminución más rápida y mayor en las emisiones de gases de efecto invernadero, tendremos que acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en todos los sectores (transporte, generación de electricidad, industria, residencial, etc.) acompañado de un considerable aumento de la eficiencia energética y un despliegue masivo de las energías renovables. Todo ello supondrá realizar grandes cambios estructurales.
Hace dos semanas ya explicamos que los escenarios climáticos concluyen que las Islas Baleares van a verse especialmente afectadas por el cambio climático y que serán (son) un territorio especialmente vulnerable a sus efectos, desde diversos puntos de vista: salud, medioambiental y económico.
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