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Nota de prensa:
8 de mayo de 2020
Buenos días, mi nombre es Flor dell’Agnolo y acudo a esta Junta en nombre del accionista Fundación Finanzas Éticas y actuando como accionista crítica. Impulsamos esta intervención conjuntamente con la Alianza Mar Blava y con Ecofi Investissements, estos últimos miembros como nosotros de la red Shareholders for Change.
Estas tres organizaciones defienden la protección del mar contra los daños de la exploración y explotación de hidrocarburos así como la necesidad de que el accionariado esté informado sobre las actividades e impactos de las empresas sobre la sociedad y el medio ambiente.
Queremos plantear dos cuestiones:
La primera cuestión es acerca de la renovación sin evaluación de impacto ambiental de las concesiones Casablanca y Montanazo D.
1.- El impacto sobre la salud de las personas, del medio ambiente e inclusive de la economía que generan la exploración y explotación de hidrocarburos en el mar es algo bien conocido. Por eso, por ejemplo, recientemente el Convenio de Barcelona ha decidido prohibir toda actividad ligada al upstream en una amplia franja de mar que sigue la costa levantino balear para proteger la migración de cetáceos en el Mediterráneo.
A pocas millas de este corredor, justo en frente al Parque Natural del Delta del Ebro se ubica el único enclave de extracción de crudo en el mar de competencia nacional: Casablanca, de Repsol. Toma el nombre de la plataforma del mismo nombre a la que conectan varios pozos en el fondo del mar.
Tanto la concesión de la plataforma Casablanca como uno de varios de sus pozos, están ubicados en un área especialmente sensible ya que, además de estar a pocas millas del protegido Corredor de Cetáceos, se encuentran en una Zona de Especial Interés para las Aves (que incluye el Parque Natural del Delta del Ebro reserva además de la biosfera por la UNESCO desde 2013 y las maravillosas Islas Columbretes).
La plataforma Casablanca recibió en 2018 un permiso de renovación por diez años más. Atención: sin pasar siquiera por evaluación de impacto ambiental. Este hecho ha sido denunciado por la Alianza Mar Blava frente al Tribunal Supremo por incumplimiento de la Directiva Europea de Evaluación de Impacto Ambiental. Señoras y señores accionistas, ¿van a aprobar ustedes la gestión que Repsol ha hecho en este caso? ¿Van ustedes a asumir daños de cualquier incidente que se pueda producir en esta plataforma de extracción? ¿O simplemente cuando llegue el momento van a vender sus acciones huyendo impunemente de la empresa? ¿Van a seguir mientras tanto hablando de la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad? Tienen ahora la oportunidad de actuar de forma coherente y tomar una decisión ejemplar considerando los impactos previamente mencionados y el contexto legislativo actual.
Posteriormente, ya en enero de este año 2020, caducaba también la concesión del pozo submarino de extracción de crudo denominado Montanazo-D, adyacente a Casablanca y por lo tanto también en una zona de gran interés ambiental y con grandes riesgos sociales y económicos en caso de producirse cualquier accidente. No se ha realizado ninguna consulta pública al respecto. Por tanto debemos intuir que de nuevo se está intentando renovar la concesión, sin evaluación de impacto ambiental a pesar de su ubicación en un entorno clave para la alimentación de especies en peligro como la Pardela balear o para la migración de los cetáceos soslayando la obligación de evaluación de impacto ambiental que impone la directiva Hábitats. ¿Dónde, cuándo, a quién han presentado el informe de impacto? Lo pueden facilitar a los accionistas? Y señores y señoras accionistas, de nuevo les preguntamos también, ¿van a aprobar la gestión del Consejo de Administración en este caso?
El derrumbe del precio del petróleo muestra el absurdo de seguir extrayendo un producto que el mundo ya no necesita como antes, y que para evitar una crisis climática, habrá que dejar de utilizar cuanto antes, tal y como atestigua el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Además, la producción del conjunto de pozos de Repsol en la zona no aporta una cantidad de crudo esencial para el abastecimiento de la demanda nacional de petróleo, siendo su contribución el 0.07% de la demanda nacional. Pero lo peor es hacerlo irresponsablemente evitando el cumplimiento de todas las garantías ambientales tanto para cada concesión como teniendo en cuenta los efectos acumulativos de todas ellas sobre el medio ambiente.
Por tanto, le formulamos una primera pregunta. ¿Que tiene que responder el Consejo de administración ante la denuncia que ha interpuesto la Alianza Mar Blava frente al Tribunal Supremos en contra de la ampliación de la concesión a la Casablanca (y en su caso de Montanazo-D) por no haber realizado Evaluación de impacto ambiental? ¿Cómo valora el riesgo social, ambiental, económico y reputacional en caso de un fallo del Tribunal Supremo a favor de las demandas de Mar Blava? Y aún sin fallo revocatorio, están dispuestos a asumir la responsabilidad jurídica, civil, económica y penal de cualquier daño ambiental que esta vieja explotación pueda generar en el entorno?
La segunda cuestión es acerca del compromiso de Repsol con un escenario 100% renovable en un mundo en crisis que ya se está replanteando su dependencia del petróleo.
El pasado 20 de abril, la cotización del Texas llegaba a valores negativos. Por primera vez en la historia no solo el crudo no valía nada sino los productores estaban dispuestos a pagar a los compradores por llevarse el crudo, fruto de una fuerte reducción de la demanda por la crisis del coronavirus y de la incapacidad de los productores de ponerse de acuerdo para reducir su extracción. ¿Para qué entonces seguir extrayendo y buscando un crudo que el mundo ya no necesita como antes? Es más, si la salida de la crisis global por coronavirus se hace, como todo apunta en clave de transición energética, ya no volveremos a los mismos niveles de demanda de crudo.
Las actividades de upstream exponen por lo tanto a la compañía a una mayor vulnerabilidad. Los activos para la extracción y exploración de hidrocarburos se transformarán pronto en activos varados. Ya lo sabíamos pero esta crisis nos está diciendo que los plazos para que esto ocurra serán probablemente inferiores a los que cabía pensar antes de ella. Paralelamente, las energías renovables no han sufrido tanto como el crudo, así que, un Consejo de Administración eficaz y bien motivado de una empresa histórica como Repsol debería plantearse que el derrumbe del precio del petróleo es una ocasión para ponerse al día, situarse como un referente para la transición, impulsando un cambio en los ámbitos social, económico y energético impulsando decididamente la transición hacia una compañía descarbonizada y comprometida con el abandono de las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos.
Entonces aclárenos por favor ¿por qué plantear hoy un retraso en las inversiones en energías renovables del Plan a 2020-2025 necesarias para cumplir con el compromiso de la compañía de liderar la transición energética, cuando es justo el momento para que la compañía salga de la crisis más verde que antes?
¿No le parece que estamos asumiendo riesgos enormes e innecesarios para las personas, el medioambiente y la viabilidad económica de la misma empresa?
¿No debería Repsol revisar su gestión de riesgos y su estrategia climática?
Muchas gracias por su atención, y de antemano por sus respuestas.